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Entraron en vigor los nuevos controles policiales en las fronteras norte y oeste de Alemania

La medida busca combatir la migración irregular, ante las quejas de los países vecinos y las críticas internas.

BERLIN, Alemania.- Alemania controla desde este lunes de forma aleatoria el paso por todas sus fronteras terrestres con el objetivo de combatir la migración irregular, ante las quejas de los países vecinos y las críticas procedentes del mundo político y de instituciones.

“La dimensión, la intensidad, el lugar concreto y la duración concreta de cada control dependen entre otros factores del desarrollo de la situación y de las infraestructuras de transporte existentes sobre el terreno y, por ello, pueden tener diferentes características y dinámicas regionales”, advirtió el Ministerio del Interior.

La policía se esforzará para que dichas inspecciones “impacten lo menos posible” en la vida cotidiana de las personas que viajan por trabajo, así como en el transporte de pasajeros y de mercancías, aunque, según el ministerio, no se pueden descartar que las medidas provoquen en algunos momentos retrasos “puntuales y temporales”.

“No hay en cada paso fronterizo un agente de policía controlando. Tampoco están cerradas las fronteras”, dijo Sonja Kock, una portavoz, durante una rueda de prensa en Berlín en la que aludió a algunas de las informaciones erróneas que están circulando.

Por el contrario, los controles serán flexibles y se instalarán allí donde la policía tiene conocimiento de que hay un particular flujo migratorio irregular y se inspeccionarán exclusivamente a aquellos vehículos que despierten sospechas, especificó Kock.

Este tipo de chequeos ya se implantaron en las fronteras orientales y meridionales de Alemania a finales del año pasado y no han causado colas significativas en los pasos fronterizos con Polonia, República Checa, Austria o Suiza.

En este periodo de tiempo, según el Ministerio del Interior, se rechazó en esas fronteras a unas 30.000 personas que carecían de la documentación necesaria para ingresar al país y que no reclamaron asilo, de unas 50.000 que fueron interceptadas en total.

Críticas de todas las partes

La medida, anunciada por el Gobierno alemán ante la creciente presión de la oposición conservadora y de la ultraderecha en el ámbito de la política migratoria, no ha logrado satisfacer a ese sector del espectro político, que reclama que en las fronteras se rechace también a los demandantes de asilo.

Pero la coalición encabezada por el canciller Olaf Scholz insiste en que esto no sería consistente con el derecho europeo, ya que es necesario estudiar cada solicitud de asilo por separado o dirimir qué país europeo es responsable de tramitar el caso.


La Policía Federal ha criticado también que los controles no van a ser efectivos y que van a colocar aún más presión sobre un cuerpo que ya está sobrecargado y falto de personal.

“Unos controles fronterizos sin fisuras no son posibles. La policía federal no tiene ni personal ni equipo suficientes para ello”, señaló Andreas Rosskopf, presidente del sindicato de la policía federal, en una entrevista con la red de medios RedaktionsNetzwerk Deutschland (RND).

Rosskopf señaló que falta personal, material e infraestructuras adecuadas y que si los controles se van a llevar a cabo en el oeste con la misma intensidad que en el sur y el este, no será posible mantenerlos durante seis meses completos con esas condiciones.

“Como solo podemos realizar controles esporádicos, los contrabandistas se limitan a cruzar la frontera tres kilómetros más hacia la izquierda o hacia la derecha, donde no hay policía. Esa es también nuestra experiencia en la frontera oriental”, advirtió.

Por otro lado, desde las organizaciones de apoyo a migrantes y refugiados y desde la izquierda se criticó que la presión para rechazar a un mayor número de personas en la frontera puede llevar a la policía a cometer irregularidades como las que ya se han denunciado en ocasiones en la frontera con Polonia y a exigir la documentación exclusivamente en función de estereotipos racistas.

Además, han advertido frente a un posible efecto dominó, en el que los países vecinos de Alemania también intenten blindar sus límites para evitar tener que hacerse cargo de las personas rechazadas en la frontera germana.

EFE.

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